Durante la tarde del domingo vecinos y vecinas de Ushuaia fueron testigos y, en muchos casos, partícipes de un masivo varamiento de “falsas orcas” o, mejor dicho, “Pseudorca Crassidens”. Frente al impresionante espectáculo y el mayoritario asombro de la sociedad, cabe preguntarse si acaso se aplicó algún tipo de protocolo previamente establecido.
Según pudo constatarse, posiblemente el mismo grupo de cetáceos fue el que se había detectado el día anterior en Bahía Lapataia, donde no se produjo ningún hecho similar. Pero el día domingo se advirtieron al menos dos episodios de varamiento: el primero en la zona costera lindante al club AFASyN y el segundo, mucho más impresionante, en el muelle del Club Náutico. Algunas versiones dan cuenta de un tercero, que este medio no pudo confirmar aún, en la zona del cartel de Ushuaia, una vez que la mayoría de animales y de espectadores se habían retirado.
El episodio permitió confirmar que la sociedad fueguina no permanece impávida frente a situaciones semejantes. No solo se siente atraída por acercarse a ver a los mamíferos marinos cuando aparecen, sino que al advertir situaciones de peligro intenta ayudar a los animales.
Pero lo que se puso de manifiesto el domingo también fue la falta de aplicación de un protocolo, que garantizara la salvaguarda tanto de las falsas orcas como de los civiles. Abundan las imágenes de personas comunes, con escasa o nula formación, ingresando al agua para tratar de ayudarlas, personas en botes atando algún animal de la cola para tirar de él y retirarlo de la costa y, buzos científicos que acudieron a colaborar.
El voluntarismo es valorable en términos éticos o morales, pero puede ser una enorme fuente de peligro si no se tienen los conocimientos adecuados.
¿Protocolo estás?
Este medio pudo corroborar que durante el año 2021 hubo un encuentro, organizado por el Ministerio de Producción y Ambiente, a través de la Secretaría de Ambiente, para trabajar en la elaboración de un protocolo de acción frente a varamientos o la aparición de fauna silvestre en diferentes condiciones. Fue una reunión realizada en agosto de ese año en el salón de usos múltiples de la Dirección Provincial de Puertos, en la que también participaron representantes del CADIC – CONICET, Prefectura Naval, Colegio de Veterinarios y Defensa Civil Provincial.
Entre los objetivos propuestos, se definió implementar un protocolo local para este tipo de eventos, en el marco del Red Federal De Asistencia a Varamientos de Fauna Marina creada por resolución del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación; establecer organismos y entidades de interés en la materia; definir un inventario de equipamiento disponible y el que fuera necesario adquirir; llevar adelante campañas de difusión para educar a la sociedad acerca de lo que debe hacer ante situaciones semejantes; generar alianzas estratégicas con los medios de comunicación para colaborar cuando se produjeran este tipo de situaciones y hasta un grupo de Whatsapp a ser integrado por los representantes de las organizaciones de primer orden.
Nada de todo eso parece haberse puesto en funcionamiento desde aquel agosto 2021. Más allá de algún correo electrónico, no se produjeron más reuniones; se realizó una capacitación por videollamada a la que asistieron pocas entidades; no se consolidó ningún protocolo; no hubo alianza estratégica con los medios de comunicación y no se creó ni siquiera el grupo de Whatsapp.
Así, el espectáculo vivido el día domingo parece haber quedado, por fortuna, en una gran anécdota para los ciudadanos y ciudadanas de a pie que actuaron por voluntad y empatía, pero poniéndose en riesgo y pudiendo afectar también a los mamíferos varados.
“No existe una red formalizada”
Durante el año 2020 el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, encabezó la elaboración de un documento preliminar denominado “Procedimiento y protocolos de las mejores prácticas para la atención de fauna costero marina en situación de riesgo”, que sirvió como diagnóstico previo a la creación de la Red Federal De Asistencia a Varamientos de Fauna Marina.
Allí se da cuenta, en lo que respecta a Tierra del Fuego AeIAS, que “no existe una red formalizada”, y también que “se contactan actores que intervienen en los incidentes: CONICET-CADIC, PREFECTURA, DEFENSA CIVIL, ZOONOSIS”.
Y finalmente que Tierra del Fuego cuenta “con profesionales en biología y un técnico guardarparque”.