top of page

Repararon el legajo escolar de un soldado que murió en Malvinas sin terminar la secundaria


El legajo escolar de Rolando Máximo Pacholczuk, quien cursaba la escuela secundaria en la ciudad bonaerense de La Plata cuando fue herido de muerte en la Guerra de Malvinas, fue reparado 40 años después y, donde antes se leía "abandonó los estudios", a partir de este martes 14 de junio se lee "Héroe de Malvinas".


El Director General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, quien firmó el legajo corregido del exsoldado, dijo que "la justicia tarda pero llega" y destacó que "a 40 años de la muerte de Rolando, para nosotros este acto reparador de su legajo es un ejercicio de la memoria".


El funcionario provincial encabezó el primer acto reparatorio que el Gobierno de la provincia de Buenos Aires realiza en un legajo de un combatiente y lo hizo en la Escuela Excomercial de La Plata, donde Rolando cursaba cuarto año del secundario, en el turno noche.


Sileoni, junto a al directora del establecimiento e impulsora de este acto, Giselle Martín Ocampos, repararon el legajo del joven, donde constaba "adeuda materias" y "abandonó los estudios" y colocaron sendos sellos en uno de los cuales se lee en tinta azul "legajo reparado" y en en el otro "Héroe de Malvinas", y lo firmaron.


Una copia fue entregada a la madre del exsoldado, Raquel, de 91 años, quien emocionada siguió el acto reparatorio que se extendió por más de tres horas, junto Héctor, hermano de Rolando.


"Quiero que no lo vayan a olvidar y que lo recuerden con amor", dijo la mujer, que unía sus manos a la altura del corazón, y poco antes había emocionado a todos los presentes entonando el Himno Nacional y casi desmayándose al entonar el estribillo "Oh juremos con gloria morir".


Antes del acto de reparación del legajo, se descubrió una placa que designa con el nombre del excombatiente al aula donde cursaba sus estudios, hecho en el que participaron varios compañeros de estudios del exsoldado.


"Yo fui compañera y amiga de Rolando, era como la hermana mayor, estudiábamos juntos y queríamos ambos estudiar Ciencias Económicas", contó a Télam Yoli Aranda, quien viajó desde la provincia de Formosa para participar de este homenaje.


En ese sentido, destacó que "era muy muy querido, muy estudioso, tenía muchas ganas de vivir, de progresar, trabajaba en una zapatería, era muy querido por sus patrones, era alguien adorable".


Asimismo, recordó que Rolando no quiso postergar ir al servicio militar cuando le tocó hacerlo en 1981 y que cuando fue convocado a la guerra en 1982, un compañero le ofreció "quebrarle un brazo para que no fuera y Rolando le dijo "no, de ninguna manera, tengo que ir en defensa de la Patria".


Explicó que en una carta enviada por Rolando desde las Islas a su tía les mendó unas palabras para sus compañeros y en ellas les contaba del frío, del hambre, del miedo "y él decía que quería vivir, vivir".


Otro compañero, Walter Rodríguez, relató a esta agencia que cuando supieron que iría a la guerra le hicieron "una fiesta de despedida, con la inconciencia de esa edad, pensábamos que volvería pronto".


Aranda contó también el shock que sufrió al enterarse que Rolando había resultado herido en la guerra el 14 de junio y que falleció dos días después a bordo del Irízar.


"Cuando supimos que volvían los chicos del Regimiento 7 de La Plata que habían combatido fuimos a esperarlo y un compañero me vio y me dijo 'Rolando no va a volver'. Fue terrible", recordó con lágrimas en los ojos.

bottom of page